personajes COMBInados

Por el valor de un boleto quien se suba a este automóvil suicida podrá deleitarse con la realidad limeña: señoras gordas, cuya masa corporal es proporcional a sus vellos y en una de sus regordetas manos llevan la bolsa –aún vacía- del mercado; jóvenes escolares cuyas almas valen igual que la de un adulto – esto es 1 sol - y por tanto se les insulta y maltrata como a uno; el “chico gym”, a quien no la importa que sean las 11 de la noche pues va vestido de manga corta y toma, con devoción, su extracto de color raro que despoja burbujitas temerarias; el enternado con mp3, el enternado con su currículo vitaeen el fólder manila A4, el enternado que nextelea o es nexteleado; las que vociferan “huevona” entre risas; la señora de cabello corto que escuchólos “huevona”, ladea la cabeza y no recuerda que en sus tiempos fuera así; el pata que mira por la ventana todo el tiempo, hasta que se sube una chica guapíima y su paisaje cambia; los trabajadores que suben en mancha cagándose de risa y de frío; el policía bigotudo que, por algún extraño motivo tiene una postura-actitud de “estoy meando” o "cagando", dependiendo si está de pie o sentado; la mujer policía, incorruptible ella, con cara de “al primero que me mira el culo lo muelo a balazos y una multa”; el irresponsable asustado que estudia a última hora y que batalla contra la música a todo volumen para poder concentrarse; la mamá que se sube con la hija de menos de 10 años con moñito y look de Floricienta o la que sube con el hijo de pelo corto que destroza los asientos caletísima; la mamá robusta y morena que se sube con la camada de tres o cuatro hijos, amontonándose todos en el mismo asiento; el vendedor/orador que busca cambiar su pasado de convicto vendiendo productos golosinarios o los niños que se suben a cantar buscando monedas que reconforten en algo ese vacío que se llama estómago.

Podría hacerse una lista infinita de quienes utilizan este servicio. Aquellos personajes que dibujan Lima y que sin ellos, esta ciudad sería un anuncio chicha sin los colores fosforescentes o una mujer de senos medianos sin escote. Son parte de nuestro atractivo, de nuestra cultura.